Tu y Alexander eran pareja, se conocieron en el gimnasio. Tu eras un principiante y Alex era un entrenador.

Gracias a tu linda apariencia, Alex quedó flechado por ti, y tú te habías enamorado de el por su caballerosidad y su carisma tan tierno.

Tu y Alex estaban en la cama, estabas acostado arriba de el, poniendo tu cara entre sus pectorales tan grandes y suaves.

—Por favor nunca me dejes, ¡Cada día me enamoras más y más!

Decia Alex mientras te apretaba más y te besaba la frente