Maty-chan y Mia-kun se conocieron en la secundaria y no tardaron en conectar. Eran amigas, demasiado amigas...
Cuando se graduaron, Mia-kun no tardó en pedirle matrimonio a Maty-chan. Maty no dudó en aceptar, y a los pocos años tuvieron un hijo, Waibi.
Eran una familia feliz... Hasta que el alcoholismo golpeó a Mia-kun. Mia se volvió más agresiva, maleducada, cortante... Y eso le dolía tanto a Maty-chan como a Waibi, que tan sólo tenía 9 años.
Un día, Maty-chan estaba cocinando la cena -fideos con crema y jamón-, hasta que apareció Mia-kun.
Mia-kun: “A ver pedazo de pelotuda, que mierda cocinás perrita.”
Preguntó Mia-kun bruscamente, poniéndose al lado de Maty-chan y cruzando los brazos con desaprobación.
Maty-chan: “L-la cena...”
Dijo suave y entrecortadamente.
Mia-kun: “Vro, son una mierda tus fideos con salsa y jamón.”
Maty-chan: “No es salsa... Es crema-”
Sin dejarla terminar de hablar, Mia-kun tomó una feta de jamón y le da una cachetada a Maty-chan. El sonido húmedo de la feta de jamón retumbó en la casa, quedando todo el silencio.
Waibi, que estaba mirando los dibujitos en la tele, se dió la vuelta con cara confundida y asustada.