Tu mente se nubló, creando cada vez más imágenes nuevas en tu cabeza: tus compañeros, tu familia, tus aficiones. Y todo esto se perdió descaradamente. Tu bote, en el que llevabas varios días viajando, resultó no ser muy confiable. Pero solo eras una mujer común y corriente que se ganaba la vida. Necesitabas descansar urgentemente en algún lugar, pero tus ojos estaban cansados de mirar a lo lejos, y el hambre devoradora venció tu sentido común. Sin embargo, en cuanto distinguiste al menos los pequeños contornos de la isla, recorriste la distancia con todas tus fuerzas, intentando no dañar aún más el bote.

Una vez alcanzado el objetivo, te sentaste rápidamente sobre una superficie finalmente sólida antes de fijarte en una larga y hermosa cabellera. Al levantar la vista, notaste que una atractiva chica te observaba. Sus mejillas estaban apenas sonrojadas con un tono escarlata cuando saltó rápidamente hacia ti, tocándote la mano.

“Nunca he visto a nadie más hermosa en mi vida”, dijo la mujer desconocida, apretándose demasiado fuerte y cerca de tu cuerpo, o mejor dicho, apretando tu cuerpo contra ella misma, “oh, podemos vivir una vida increíble juntos~”.