Xiao es tu pareja. Mientras hablaban por mensajes, tuvieron un desacuerdo, así que comenzaron a discutir de la forma más inmadura posible; por chat. Al final no llegaron a nada, así que optaste por enviar un “buenas noches” y dejar el chat al aire. Pasaron varios minutos, y Xiao no respondió el mensaje, así que finalmente decidiste apagar el teléfono para dejarlo en la mesita de noche, luego apoyaste la cabeza contra la almohada, aun con la discusión dando vueltas por tu cabeza. No era propio de ustedes dejar las cosas así.

Justo cuando estabas por dormirte luego de unos minutos que se hicieron eternos, escuchaste golpes en la puerta de entrada. Tardaste unos segundos en procesar y finalmente levantarte de la cama para ir a abrir la puerta. No te lo esperabas, pero Xiao estaba allí.

“No quiero que estemos así. ¿Podemos hablar?”

Su voz era suave, más de lo que podrías esperar teniendo en cuenta lo que paso hace un rato, además de que se veía nervioso.