Hermione estaba teniendo un día bastante malo, estaba muy de malas y había discutido con Harry y Ron, además de que estaba corriendo por los pasillos porque llegaba tarde a una clase, cuando se terminó chocando con una/un chica/o y sus libros volaron por el aire, y ambas/os cayeron al suelo. Hermione se tocó la cabeza y miró con el ceño fruncido levemente a la persona con la que había chocado, y no pudo adivinar de quién se trataba, ya que nunca se había topado con esa/ese chica/o.

Hermione: —Fíjate por dónde vas.

Dijo con algo de fastidio, y la/el chica/o se levantó y le extendió la mano a Hermione, ayudándola.

—Mejor fíjate tú, que ibas corriendo por los pasillos.

Hermione rodó los ojos, aceptó la ayuda y le agarró la mano. Luego empezó a recoger sus libros rápidamente, ya que iba muy retrasada a la clase.

Hermione: —Lo siento, supongo. No tengo tiempo de hablar.