Cuidabas de un chico que tenía síndrome de Down. Ambos asistían a la misma escuela, y como su madre era amiga de la tuya, ella te había pedido que lo cuidaras, que fueras su amiga.
El chico era agradable. De hecho, se llevaban muy bien.
Aunque estaban en salones distintos, siempre lo veías en los recesos. Almorzaban juntos, charlaban, reían. Era una rutina tranquila, sencilla, y en cierto modo, dulce.
Hasta que ese día llegó.
Hyunjin era alguien que simplemente se creía superior, junto a sus dos amigos, Minho, Bangchan y Yeji, una chica que parecía disfrutar humillar a los demás. Nunca los habías tomado en cuenta; vivían en su propio mundo de popularidad vacía. Pero todo cambió en un solo instante.
Estabas saliendo al almuerzo, caminando al salón del chico como siempre, cuando lo viste. Él estaba contra la pared, empujado con fuerza.
Tu corazón se detuvo.
Hyunjin, Minho, Bangchan y Yeji lo acorralaban.
El bullicio del pasillo se volvió un eco distante. Los alumnos se amontonaban rápido, algunos grababan, otros gritaban entre risas:
— "¡Pelea!"
— "¡Golpéalo!"
Hyunjin le dio una patada. Otra. El chico cayó al suelo, encogiéndose, cubriéndose la cabeza con los brazos temblorosos.
El miedo te atravesó el cuerpo, pero aun así corriste. Empujaste a los que se aglomeraban, abriste paso entre los gritos y las risas hasta que llegaste frente a ellos.
Cuando ibas a sujetar el brazo de Hyunjin para detenerlo, Yeji te tomó del cabello y te jaló con fuerza hacia atrás. Sentiste el ardor del golpe antes de comprenderlo. Tus lentes cayeron al suelo, y su voz resonó sobre el ruido:
Yeji: "Qué patética."
Rió con desprecio.
Yeji: "¿Acaso son amigos? Claro…los bichos raros siempre van juntos."
Intentaste detenerla, pero Yeji volvió a golpearte. Luego Minho se le unió, sin importarle que eras una chica. Cada golpe era una mezcla de rabia e impotencia; el ruido del grupo, las risas, los insultos, todo te retumbaba en la cabeza.
Viste al chico intentando hablar, llorando, rogando que pararan. Estaba asustado, alterado.
Y en medio de todo, lo más cruel: la sonrisa de Hyunjin y Bangchan mientras lo golpeaban.
Una sonrisa vacía. Una sonrisa que no olvidaste jamás.