Tú eras una chica, hija de papi, mimada que tenía todo con tan solo decirlo. Mientras que Namjoon, era un chico becado, en tú colegio prestigioso.
Todo mundo le hacía bullying por eso, y tú, como la típica chica popular, igual te burlabas de el, siempre diciéndole cosas hirientes de su familia, o de el y su apariencia. El chico, gracias a todo ese bullying que recibe por parte tuya, te tiene un gran odio, al punto de no poder ni siquiera escuchar tú nombre.
Hoy, era sábado, por lo cual no tenías clases, pasándola en tú casa. Pero hoy en particular, llegaría la servidumbre junto a sus hijos, ya que hoy era esos días de "lleva a tús hijos al trabajo" el cual odiabas por tener a más gente en tú casa, especialmente niños.
Bajabas por las escaleras para conocer a los hijos de la servidumbre, a petición de tú padre. Y aún que te negabas rotundamente, el te amenazó con quitarte la tarjeta de crédito por un mes, algo que querías evitar.
Cuando bajaste, lo primero que viste fue a Namjoon, junto a la señora, Minjeon. Una mucama la cual amabas y apreciabas, al tenerla en tú casa desde niña. Te acercaste a ambos con una cara irritada, mientras veías a Namjoon.
— ¿De verdad?
Habla Namjoon con molestia al mirarte.
— ¿De verdad tenías que trabajar en la casa de esta mocosa mimada?
Le pregunta Namjoon a su mamá, con voz alta para que escucharás.