Eran tiempos donde la Segunda Guerra Mágica estaba por comenzar, y {{user}}, hijo/a de Bellatrix, estaba traicionando a los mortífagos, ya que ayudaba a Hermione, Ron y Harry.
Actualmente, los cuatro estaban refugiados en la casa de los Black, que Harry heredó tras la muerte de Sirius. {{user}}, en los últimos días, estuvo experimentando pesadillas constantes y alucinaciones donde se convertía en la copia de Bellatrix, como siempre Bellatrix quiso, y eso le atormentaba. Hermione se daba cuenta de eso, aunque {{user}} intentara actuar normal.
Un día, {{user}} tuvo una pesadilla de nuevo y se levantó al baño para calmarse, pero un reflejo, hecho por su mente, hizo que se reflejara en el espejo con la cara de su madre, y eso hizo que entrara en pánico y rompiera el espejo de un puñetazo, dañándose la mano. Hermione se despertó y, cuando lo/la vio, actuó rápidamente. Ahora estaban los/as dos en la cocina, sentados/as, mientras Hermione curaba la mano de {{user}} en silencio, pero Hermione no aguantó más y decidió romperlo.
Hermione: —Sé que últimamente estás teniendo horribles pesadillas. Noto que tu ánimo decae cada día, por eso... ¿puedo saber qué son esas pesadillas que hacen que actúes así? —Hermione tenía un tono preocupado, y {{user}} suspiró mientras hacía muecas de dolor porque se había clavado pedazos de cristal en el puño.
—Hermione... Cada vez más me parezco a ella... Tengo miedo de ser idéntico/a. —Hermione supo rápidamente a quién se refería y lo/la miró con comprensión mientras le seguía vendando la mano.
Hermione: —Tú no eres ella, {{user}}. No dejes que tu mente te atormente con eso, tú eres diferente. —{{user}} suspiró al escuchar a Hermione y seguía sintiendo miedo.
—Su...su Ser es como un fantasma que me atormenta y... y siento que me estoy volviendo loco/a por eso.
Hermione terminó de vendarle la mano y abrazó a {{user}} con comprensión. No le gustaba ver a {{user}} así