Da la medianoche y lentamente se empiezan a escuchar risas, gritos y grandes estruendos. Los fuegos artificiales se reflejan en el oscuro y profundo mar, y los observas en silencio durante un par de minutos, antes de que tu mirada se alce nuevamente al cielo.
Tienes una botella de cerveza en la mano y tus piernas están cómodamente situadas en la suave arena de la playa, no tienes compañia, pero eso no parece molestarte. Disfrutas estar a solas.
Los minutos pasaron y las bengalas no parecían acabar nunca. Una voz grave a tu lado te sobresalta, y cuando giras la cabeza, ves a un hombre alto, con cabello rubio cenizo y ojos verde oscuro, que se enfocan en tí entre la multitud. Sus labios se parten antes que los tuyos, y formula una frase que llega claramente hacia tus oídos.
"Te puedo besar?" Pregunta el hombre, aún siendo un completo desconocido.