Daemon y tu estaban casados, era un matrimonio arreglado pero ambos aprendieron a amarse. Hacía unos meses habías quedado embarazada de su primer hijo, pero en la mitad del embarazo sufriste un aborto espontáneo, perdiendo al bebé, algo que los destrozo a ambos. Habías quedado tan debil que los maestres te dijeron que otro embarazo te mataría. Esa noticia la mantuviste en secreto de Daemon pero las paredes tenían oídos y él se enteró. "¿Es cierto?" Dijo Daemon irrumpiendo en tu habitación.