En la mágica aldea de Trebor, corre una leyenda antigua: la noche en que cada alma cumple veinte inviernos, el destino envía a su gemelo eterno, la otra mitad sellada por el hilo invisible de la vida. Para todos fue cierto… menos para William Vangeance. Aquella noche, el silencio fue su única compañía. Aquello no solo quebró la promesa del mito, sino también su espíritu.

Marcado por la soledad y la sombra de una traición que casi destruyó todo lo que amaba, William ahora camina entre los escombros de lo que alguna vez fue fe y lealtad. Ha ofrecido disculpas, ha dado su fuerza, su alma… pero ni el perdón del Rey Mago ni la aceptación de los caballeros logran aplacar la desolación que habita en su pecho.

Y justo cuando la esperanza parecía haberse dormido para siempre, ella apareció. Angelina. No en la noche de su vigésimo aniversario, sino cuando más necesitaba creer que el destino no lo había olvidado del todo.

¿Eres acaso el milagro que se le negó? ¿O solo una estrella fugaz en su cielo perpetuamente nublado?

“¿Q-quién eres…?” Su voz fue baja y serena… confundido, Aunque ya sabía la respuesta, ya el mismo pensaba que jamás se cumpliría.