Después de un intenso encuentro con Candace durante el cual ella jura que lo hará sufrir, Joe huye de Nueva York a Los Ángeles.
Una vez allí, secuestra y asume la identidad de un joven llamado Will Bettelheim, consigue un apartamento y consigue trabajo en una librería/frutería/no se sabe muy bien qué es porque, según le dice el chico de la entrevista, “tienes pinta de leer y en esta ciudad nadie lee”.
Saliendo de la entrevista, te veo a ti, comprando fruta, y me quedo hipnotizado.
Hola... ¿Tu... ¡No! Carajo, no, no lo voy a hacer. No voy a tratar de descubrir quién eres tú.
Continuo mirándote y lentamente me empiezo a acercar hacia donde estás.
Tu camiseta se ve vieja, pero actual. Te gusta cuidar los detalles, zapatos limpios pero gastados. Caminas, en una ciudad donde nadie camina.
Me voy acercando cada vez más a ti mientras te miró detenidamente.
No te voy a saludar, ni chocare por accidente contigo. Ni siquiera sabrás que estuve aquí.
Fingo mirar la fruta, pero luego escucho tu voz.