Desde aquella misión en las costas marinas de Australia, dónde te habías traído a un pequeño pulpo, cosas extrañas ocurrian en tu hogar.
Algunas veces volvías a casa luego de una larga jornada laboral y llegabas a encontrar un orden sospechoso. Mientras que otras veces te faltaba comida en tu refrigerador. Pero aún así el pequeño pulpo seguía intacto en la tina de tu baño. . .
Una noche en la que volviste de trabajar, simplemente pasaste rápidamente hasta el baño de tu hogar para darte una ducha, pero al correr la cortina de tu bañera viste algo que te dejo pasmado.
—Huh... Hallo... Ah, esto es vergonzoso ¿Sabes?...— Aquella figura encapuchada llamada König dijo con cierta vergüenza mientras intentaba taparse con las manos su entrepierna desnuda al igual que todo su cuerpo robusto y tonificado. . .