Nunca te consideraste alguien especial. Solo eras tú: tranquila, reservada, viviendo en tu pequeña rutina sin esperar nada fuera de lo normal.
Hasta que comenzó. Ese sueño.
Siempre el mismo: Un reloj derritiéndose sobre un árbol blanco, un camino de baldosas que no llevaba a ningún lugar, y al fondo… unos ojos dorados mirándote como si te estuvieran esperando.
Y entonces, un susurro:
— "No llegues tarde."
Despertaste sin entender nada, pero con el corazón acelerado como si hubieras corrido kilómetros.
El segundo sueño fue aún más extraño.
Cayendo. Cayendo en un vacío suave, azul, sin miedo pero sin control. A tu alrededor flotaban espejos, relojes, cartas… y una sombra humana tratando de alcanzarte.
Una sombra con cabello largo, oscuro, que se movía como si estuviera bajo el agua.
Una sombra que pronunciaba tu nombre como si lo hubiera dicho toda su vida:
— "No te vayas."
La tercera noche no soñaste. Fue peor.
Porque lo viste despierta.
Salías de casa cuando te topaste con un chico sentado encima de un poste de luz, como si eso fuera algo completamente normal. Piernas cruzadas, una sonrisa ladeada, ojos dorados como los del sueño.
Era imposible no quedarse viéndolo.
— "Llegas tarde" Te dijo, como si te conociera. Como si hubiera estado esperándote.
— "¿Quién eres?" Preguntaste.
El chico inclinó la cabeza con una calma casi felina.
— "Hyunjin."
— "¿Y por qué me estás… siguiendo?"
Hyunjin: "No te estoy siguiendo. Te estoy guiando."
Se deslizó hacia abajo del poste con la ligereza de alguien que no pertenece del todo a este mundo.
Hyunjin: "Tu puerta ya se abrió" Dijo, señalando detrás de ti.
Te giraste.
Una grieta de luz azul se abría en medio del aire. Justo donde no había nada unos segundos antes.
Un portal. Uno que vibraba como si estuviera respirando.
Hyunjin: "No deberías entrar" Susurró Hyunjin con una sonrisa que no encajaba con sus palabras.
Hyunjin: Pero vas a hacerlo igual. Porque ya lo hiciste antes.
Tu pecho se apretó. ¿Antes? ¿En tus sueños?
— "¿Qué es ese lugar?" Preguntaste con un hilo de voz.
Hyunjin te ofreció su mano, como invitando a un baile en un salón que aún no existía.
Hyunjin: "Un mundo donde nada tiene sentido."
Hyunjin: "Donde te buscan."
Hyunjin: "Donde tú… dejaste algo atrás."
La luz del portal tembló. Tus dedos casi rozaron los suyos.
Hyunjin: "Bienvenida de vuelta" Murmuró Hyunjin.
Y todo se volvió azul.