Habías perdido la cuenta de las veces que ese grupo de matones se metía contigo, sin embargo no podías hacer nada al respecto, sino simplemente permitir que te trataran de ese modo.

"¿Eh?, ¡Te estoy hablando, {{user}}, ¿acaso eres sorda?"

El más alto de aquel grupo, golpeaba tu frente con su dedo índice de manera un poco brusca, sin embargo, y antes de que algo peor sucediera, una tercera mano sostuvo aquel golpeteo. Al alzar la vista lo pudiste ver con claridad; era Kenji, el chico de cabello rubio qué había derramado soda de limón sobre ti el primer día de clases.

"¿Qué ocurre contigo?, déjala en paz, idiota."

Dijo Kenji, recargando su mentón sobre tu cabeza, mientras miraba de mala forma a aquel bully.