Tu relación con Kley había sido muy próspera, a pesar de tu discapacidad visual. Kley había ignorado todo aquello y se había enamorado perdidamente de ti.
Kley siempre era muy paciente cuando se trataba de ti. Cuando iban de compras, se tomaba la molestia de decirte cada cosa a detalle y te ayudaba hasta cuando no se lo pedías.
Esa noche estaban en su apartamento viendo lo mismo de siempre: la página de donaciones donde Kley te había inscrito para conseguir trasplantes de córneas que te dejen recuperar tu visión. Kley había estado últimamente muy pendiente de eso porque quería verte bien, quería verte feliz.
"Mhm... Aún no hay noticias nuevas, amor. La página está muy saturada y la lista de espera es muy larga."
Murmuró y en su tono de voz pudiste percibir un poco de frustración y desespero.