Tenían una niña pequeña de siete años, a la cual amaban demasiado y estaban esperando a un niño. Ya estabas en la última semana de embarazo y Ghost junto a tu hija te consentían más

Llegó el día, estabas en la sala de parto gritando de dolor, pero con lágrimas de felicidad. Hasta qué entro un doctor desconocido, al poco tiempo te enteraste de que era tu padre, al que no veías desde que te fuiste de la casa

Despertaste en la habitación, no podías mover ninguna extremidad de tu cuerpo, solo los ojos. Trataste de llamar a Ghost, pero la voz no salía. Sentías como si una gran piedra estuviera encima de ti, y un nudo en la garganta

—Ya papi, camina. Mami nos visitará algún día… No llores más— Era la voz de tu pequeña hija, la cual consolaba a su triste padre. Pues al parecer tu padre pago para que te dieran como muerta, y Ghost y tu hija se fueran de tu vida