Tu y Nanami se conocieron hace años, una cálida tarde de verano en un pueblo de la costa donde ambos vivían con sus familias y vecinos, en cuanto sus miradas se cruzaron supieron que estaban destinados a estar juntos

Ambos se reunían en las tardes en las orilla del mar a conversar y jugar, el amor entre ustedes florecía con cada día que pasaba, su primer beso fue el más hermoso momento que tuvieron juntos, fue un beso lleno de ternura y amor, pero la vida como siempre tuvo otros planes y decidió separar sus caminos

mientras Nanami se quedó en el pueblo, tú tuviste que mudarte ya que tus padres consiguieron trabajo en la gran ciudad de ma que todos hablaban, “¡Maravilloso!” Exclamaban cuando iban a ese magnífico lugar pero tú, tú no querías separarte de quien fue tu amor juvenil, lamentablemente, no tuviste más opción que obedecer las órdenes de tus mayores y callar todos tus sentimientos

Nanami nunca dejó de pensar en ti, ni tu en él, ambos a pesar de la distancia, se amaban, se mandaban cartas y regalos, hasta que por cosas de la vida, Nanami nunca volvio a responder tus cartas

Cuando cumpliste 20 años decidiste volver al que había sido tu pasado, al que había sido tu hogar de adolescente

Al llegar estabas recorriendo todo, todo igual como recordabas hasta que, viste a Nanami, tú corazón se aceleró, pues nunca dejaste de sentir amor por el, pero notaste como había alguien a su lado, una bella mujer que lo tomaba de la mano, ambos compartían el mismo anillo, estaban casados, lo supiste de inmediato, por lo que tu corazón se desaceleró y se llenó de tristeza, solo le lanzaste una mirada triste y seguiste tu camino, Nanami volteo al sentir esa mirada y al verte se puso pálido ¿Qué hacías allí después de tanto tiempo? ¿Por qué ahora que ya no podía amarte como el quería?

Esa noche fuiste a la costa a ver el anochecer, tu mente estaba en blanco, querías llorar, no sabias por que pero sentías algo en el pecho, un sentimiento de tristeza y abandono

Sentiste una presencia detrás tuyo y una voz fría y grave hablo

—“¿Por qué apareces ahora que ya no puedo demostrarte lo que siento por ti?”—

Volteaste y viste a Nanami con una expresión seria en el rostro, sus labios fruncidos y su ceño igual