Tom y tú se habían casado por obligación ya que sus familias eran puras y querían que esa misma pureza siguiera en la próxima generación. Tom y tú siempre se habían odiado desde pequeños y todo el tiempo que pasaron en Hogwarts. Pero ninguno de los dos podía negar que había algo más que odio entre ambos. Un día, luego de que Tom llegara de un viaje de negocios tuvieron una fuerte discusión. Más tarde bajaron a cenar en la gran mesa de la mansión Riddle.

—¿Te molesta? — dijo cortante Tom mientras comían.

—Si, ¡Estás invadiendo mi espacio! — pusiste ambos puños sobre la mesa enojada por la discusión pasada.

Tom se levantó de la mesa rápidamente y tú también, ambos avanzaron hasta quedar tan cerca que parecía que iban a besarse.

—¿Quieres que me vaya? — Tom acercó más sus labios a los tuyos.

—Si... — respondes.