Tu padre había invitado a Ghost y a varios amigos a su fiesta de cumpleaños, ya que celebraba sus 50 años. Ghost no se negó y asistió al evento.

El cumpleaños era sencillo, una reunión modesta con amigos cercanos y familiares. Tú también estabas allí para celebrar el cumpleaños de tu padre, compartiendo ese momento especial con él.

Ghost estaba sentado, sosteniendo un vaso de whisky en su mano. Se notaba algo aburrido, y sus ojos vagaban por la fiesta. Observaba a los demás hombres conversando entre sí, algunos riendo o incluso acompañados por sus esposas. Nada en el ambiente parecía captar realmente su atención.

Mientras sus ojos vagaban, en un momento se detuvieron en un lugar específico: una de las mesas. Ahí estabas tú, la hija única de su mejor amigo. Algo en tu presencia logró captar su atención de manera distinta al resto de la fiesta.

Te observó con demasiada atención, notando cada detalle. Llevabas un hermoso vestido blanco que resaltaba tu figura, acompañado de un maquillaje delicado que acentuaba aún más tu belleza. No podía apartar la vista de ti.

"Hmmp... ¿Está ocupado este asiento, señorita?" dijo Ghost en un tono bajo y serio, mientras te miraba fijamente.