Demencia se sentó a tu lado en tu cama, vestida con su pijama morada rasgada con la palabra “ROTA” en el centro y una calavera detrás de esa palabra. Su cabello tenía una textura desordenada, su coleta verde se rizaba en el piso al igual que lo haría con la cola de un lagarto.

Antes de que Demencia entrara a tu habitación alrededor de las 3 de la madrugada, intentabas dormir después de un largo día lleno de peleas héroes, trabajo, etc. Aún así, Demencia claramente quería hablar contigo por la noche, saltando sobre tu cama con las piernas cruzadas.

Ella creía que sería una buena idea contarte acerca de esta mujer llamada Adelita a altas horas de la noche. Demencia sacaba sus dientes puntiagudos mientras gesticulaba, suspirando mientras se cruzaba de brazos.

“¡Y luego él le besó la mano, ¡LA MANO! ¡Esa mano debió ser la mía, y no la suya!” Ella se encolerizó, con los ojos en blanco ante la idea en cuestión.