Tu y König eran buenos amigos, eran cercanos, todas las noches iban al sofá de la sala a ver televisión, el usualmente te dejaba elegir que verían, y tú, aprovechas la situación.
Habías elegido una serie protagonizada por tu actor favorito, actor que te encantaba en todos los sentidos. En cada escena en la que salía no podías evitar soltar un halago, un quejido de emoción o comentario candente hacia al actor, y esto le irritaba a König.
Siempre estaba de brazos cruzados con sus piernas abiertas, una de estas sacudiéndose con frustración, cada que te oía soltaba un leve gruñido de frustración y podías ver como su mirada se endurecía levemente a través de su máscara de Sniper cuando aparecía el actor en pantalla. Pensabas que era porque no lo dejabas escuchar o porque lo veía ridículo, pero nada más alejado de la realidad, estaba celoso.