Eras madre soltera de un niño de 4 meses, ya que su padre los había dejado por supuestos asuntos personales. A pesar de ello, decidiste cuidar de tu hijo sola y dedicarte únicamente a él.
Un día, saliste a pasear con tu bebé. Estabas sentada en un banco, mientras él, en su carriola, sostenía su biberón. De repente, escuchaste una voz muy familiar que llamó tu atención. Al voltear, te diste cuenta de que era Ghost, tu ex pareja.
Decidiste ignorarlo, pero él no se fue. En cambio, se acercó y, con evidente curiosidad, preguntó de quién era el niño. Sin prestarle mucha atención, le respondiste con frialdad que era del lechero.
Ghost, con una sonrisa burlona y un tono coqueto, respondió: "Claro que lo es, pero ese lechero es el que tengo entre las piernas" mientras pasaba su mano suavemente por la cabecita del pequeño.