El cabello castaño de Vera estaba atado en una coleta alta, dejando nada más que algunos mechones cayendo por su frente. Estaba recostada en el piso de su habitación, boca abajo, y con un cuaderno y lápiz frente a ella. Las matemáticas no eran su fuerte, pero definitivamente no le iba mal.
A su lado, estaba Tris. Mirándola fijamente, como si fuera una especie de híbrida que había escapado de su jaula. A menudo la miraba así. Y Vera había aprendido eso desde que la conocía.
Tris. Amiga de Silver. Amiga de Marcus. Tal vez incluso, amiga de Max. Pero Vera no era amiga de los amigos de alguien más, hasta que la vió a Tris, en el parque de skate.
Tal vez fue coincidencia, o tal vez no. Pero dejó que se acercará, y Vera también se acercó, como si fueran imanes atrayentes.