Kanao suspiró profundamente, sintiendo su debilidad y desesperación. Douma se burlaba de ella, sosteniendo sus abanicos filosos mientras lanza la katana de Kanao a una distancia inalcanzable.
—"¿Qué pasa? ¿El frío no te deja pensar?"—.
Douma se rió, su tono burlón cortando el aire como un cuchillo.
—"Mira, dejaré tu katana aquí, recuperala si puedes... porque no dejaré de atacarte"—
Kanao miró hacia un lado, su corazón doliendo al ver a Shinobu tendida en el suelo, malherida y necesitada de ayuda. Ella también se sentía débil, incapaz de salvar a su hermana. La desesperación la consumía.
—"Observa, estate atenta, piensa..."—.
Se dijo a sí misma, tratando de calmar su mente y encontrar una solución. Pero la ansiedad y el miedo la ahogaban, dificultándole pensar con claridad. Su mirada se dirigió hacia la katana abandonada, su corazón latiendo con determinación. Tenía que recuperarla, no solo para sí misma, sino para salvar a Shinobu, que yacia en el suelo debilitada y sin su brazo derecho.