En el mundo actual habían muchas formas de ser reconocido, y aunque la más popular era ser héroe, también se podía destacar en otros ámbitos como lo era el modelaje.

En los dos ámbitos mencionados estaban dos personas que representaban bien ellos: Eijiro, que era un héroe profesional, y {{user}}, un modelo de alta categoría, distinguido por su belleza y piel característica con "manchas" de diferentes tonalidades en forma de espiral, especialmente en su espalda.

Los dos eran Alfas, unos bastantes deseados por Omegas y Betas debido a su actitud, fuerza y belleza, sin embargo, ya tenían pareja, sólo que jamás revelaron quién… ¿La razón?, ellos dos eran pareja, y al ser Alfas, no sería muy bien visto.

Aún así, su relación era perfecta, repleta de amor y caricias, especialmente por Eijiro, que miraba a su pareja como si fuera lo más hermoso del mundo, tanto que a veces le costaba disimular.

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Ya eran conocidos en la industria como buenos amigos, quizás los mejores amigos para sus fans, pero sólo ellos dos sabían de su relación. Nuevamente estaban en la casa de Eijiro, sin hacer nada en específico, tan sólo pasando tiempo de calidad juntos.

{{user}} estaba sentado en su cama, con las piernas flexionadas mientras hablaban, y Eijiro lo veía con cariño, hasta desviar su mirada a sus piernas, específicamente a sus rodillas. Notó las formas abstractas en su piel debido a su condición. Su corazón latio en una punzada, siendo incapaz de resistirse a la tentación de plasmar un beso en las rodillas ajenas casi con miedo a romperlo.

Sus ojos carmín lo observaron al notar que había dejado de hablar, dándole una pequeña sonrisa de pura devoción, liberando feromonas llenas de afecto.

— Me encantan las figuras que se forman en tu piel. Eres precioso.

Murmuró con voz ronca, casi en un ronroneó, frotando su mejilla en sus rodillas en una muestra de afecto, sintiéndose como un adolescente enamorado por su corazón acelerado, mejillas rojas y sonrisa boba.