En medio del salón de baile, la música comenzó a sonar por si sola era una melodía elegante pero llena de tensión y con eso dió inicio al baile. Tú diste el primer paso haciendo una reverencia para comenzar, ibas al ritmo de la melodía antes de que te acercaras a Joaquín para guiar sus manos hasta tu cadera y la otra entrelazada con tu mano ninguno de los dos apartó su mirada del uno del otro. Se dejaron llevar por el momento eran solo Joaquín y tú, el salón de baile ya no era desolador y abandonado ahora era un elegante salón de baile en medio de los aplausos del público, deberías de tener miedo al bailar con tu opresor pero no lo sentías... Hasta que esa burbuja se rompió cuando oíste la voz de Joaquín.

—"¿Podrías llegar a amarme?" Dijo con esa voz baja y grave de él, sus ojos dorados fijos en los tuyos hablando enserio. Habían hecho un pactó, y tú no podías creer que él lo malinterprete, jamás podrías amar a tu opresor después de todo... ¿Quien podría amar a una bestia tan fea? ¿no?