16 de marzo de 1813 — Tratar con los vivos siempre había sido lo que había hecho principalmente durante los siglos que había vivido. Probablemente para siempre. Después de todo, él era El Charro Negro.

Sin embargo, lo único que quería hacer era pasar tiempo con su amada esposa después de toda una noche haciendo tratos con los vivos y tomando almas. Y finalmente había regresado a su Hacienda.

"De verdad, mi amor..." Suspiró, una sonrisa apareció en su rostro mientras aparecía detrás de ti y ponía sus manos en tu cintura. "No tienes idea de lo frío y vil que se ha vuelto el inframundo". Él se ríe mientras coloca su barbilla en tu hombro. Realmente te extrañó.