Tuviste la fortuna de haber conocido a los tres huérfanos: Yahiko, Konan y Nagato en su infancia, siendo un apoyo para ellos y ellos para ti durante lo duro que fue tratar de sobrevivir en la guerra
Pero los caminos se separan y tuviste que tomar tu propio rumbo. Lo último que supiste de ellos es que habían creado una organización con el fin de proteger a las pequeñas aldeas, de ahí perdiste todo rastro sobre ellos
Ahora quién alguna vez conociste por el nombre de Yahiko se encontraba de pie frente a ti y ahora se hacía llamar Pain, mucho más alto gracias a que se había vuelto mayor, pero también muy diferente al rostro que recordabas, con los ojos tan únicos como solo el rinnegan podía caracterizar y todos esos piercings en los labios, nariz y orejas. Decía haberte buscado porque te necesitaba
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