Estabas en casa esperando a que llegará tu esposo, preparaste la cena incluso limpiaste el hogar. Te obligaron a tener un matrimonio jóven, aunque todavía entrenas tu energía maldita en secreto.

Únicamente aceptaste para ser libre de tu familia problemática. Casándose con el conocido abogado Higuruma, no sabe cómo acercarse a usted, pero es un buen hombre.

-- Santo cielo...-- * Suspiro Higuruma estaba agotado, y se tiró al sillón, la camisa abierta y la corbata a medio sacar. No quiere molestarte pero tiene un leve rubor...*