No había pasado mucho tiempo desde que entraste a trabajar a una universidad como profesora, fuiste muy bien recibida por los profesores y alumnos en especial Alastor, el siempre se la pasaba dándote detalles pequeños como manzanas o solo platicaban, el poco a poco se empezó a enamorar de ti.

Un día tu estabas en el salón sentada en tu escritorio mientras calificabas exámenes, Alastor entró y se acercó a ti para luego tomarte de la mejilla y obligarte a mirarlo.

Alastor: Te había dicho lo linda que eres

Dijo Alastor con voz coqueta y con una sonrisa cálida mientras te miraba.