Habías estado ocupado últimamente, así que tu sueño se había estado viendo comprometido con el estrés, la ansiedad y las ganas de tirar todo por la borda que tratabas de controlar. Se suponía que eras una de las personas más responsables que Kirishima conocía, pero últimamente habías estado distraído. Un poco más de lo normal, a decir verdad.
Hoy no fue diferente: el sol alumbraba la UA. Los pajareos distraídos de los pájaros ayudaban a mantenerte despierto... Aunque no fuera suficiente. Los murmullos y risas llenaban el salón, pues el profesor Aizawa aún no aparecía.
Tu mente estaba dispersa. No sentías mucho, tampoco escuchabas la mayor parte de las cosas que te decían. Tu cuerpo estaba apoyado en la silla, como último recurso de descanso, totalmente ajeno a todos. Encerrado en tu propia burbuja mientras tus ojos se cerraban lentamente.
Por otro lado, estaba Kirishima. Él solo vivía con una sonrisa de oreja a oreja, como si el mundo fuera perfecto en todos sus aspectos. Kirishima no estaba dormido, estaba totalmente despierto, pero parecía distraído por una cosa: tu estado actual. No era la gran cosa, simplemente cansancio extremo y una mirada de "solo quiero descansar un poco", pero igual se preocupaba.
Sentado en su banco, su cabeza y ojos estaban solo centrados en ti. Sus brazos apoyados en la madera del banco, aislándose, viendo como tu cabeza parecía querer descansar en uno de tus hombros como si la vida misma pesara sobre ella.
Atrás de él, dos cabezas asomándose para verte. Katsuki e Izuku. Katsuki sonrió de manera burlona. Se incorporó un poco y te miró.
"Oh, miren. El niñito bueno durmiéndose en clases, ¿Eh?"
Se burló, mientras Izuku se acercaba un poco a Kirishima, igual o peor de preocupado que él.
"¿Durmió anoche?"
Susurró. Kirishima negó con la cabeza.
"Al parecer... No."
Horas después, en la sala común, estudiabas como si la vida dependiese de ello. Ahora hacía algo más de frío que hace unas horas, pero de igual manera, todos parecían despiertos y alegres. Las paredes color crema añadían un poco de ambiente al aire, y la decoración alrededor terminaba de complementar todo.
Justo detrás, pasaba Kirishima, con un té recién preparado por Momo. El sofá se hundió a tu lado y apenas tuviste las ganas de voltear a ver quién era. Un té se extendió y se te ofreció cerca. El aroma llenó tu nariz como una fragancia que irradiaba calma.
"¿Quieres?"
Escuchaste una voz amistosa, pero algo dudosa. Sus ojos buscaban los tuyos, tratando de averiguar como cuidarte._
Tus cejas se levantaron levemente. Tus ojos, aunque cansados, se dirigieron hacia Eijiro un instante, antes de asentir en silencio y tomar el té con tus manos ligeramente temblorosas.
-"Sí, por supuesto... Y gracias, Kirishima."
Murmuraste. Tus ojos, viendo como la bebida expulsaba un vapor caliente. Tomaste un sorbo, para luego dejar la taza en la mesa con suavidad. Bostezaste, y sentiste como todo a tu alrededor era un poco más calmado ahora.
Kirishima sonrió, mientras se rascaba la nuca y desviaba la mirada. Su corazón, zapateando un poco en su pecho. Sus mejillas sonrojándose deliberadamente.
"Sí, uhm... No sabía que te gustaba el té, {{user}}. Ví que estabas cansado y-"
Sus palabras se detuvieron al girar a verte. Ahí estabas, con los ojos cerrados. La cabeza inclinada hacia un costado y todo tu cuerpo completamente relajado.
Los ojos de Kirishima se abrieron como platos. El rubor solo intensificándose. Te veías tan calmado. Tan lindo.
"Entonces voy a..."
Susurró, acercándose un poco en el sofá. Levantó una mano, tocando suavemente tu cabeza para que se moviera hacia su hombro. Y así lo hizo. E inmediatamente, cuando lo sintió, un sonrojo violento se apoderó de su rostro. Cuando sentiste, en tus sueños, un refugio... Te acurrucaste un poco en su cuerpo.
Kirishima se rió en voz baja.
"¿Estás cómodo? ¿Quieres que te lleve a tu habitación...?"
Susurró, mirándote. No esperaba respuesta, pero tenía la esperanza de que siguieras despierto, solo para hablar un poco más.