Caminabas por la calle, abandonada por tus supuestas amigas, sola y un poco ebria. Sostenías tus tacones en las manos, sintiendo el dolor en tus pies. No era fácil andar borracha. De repente, un auto pasó rápido, salpicándote con agua sucia de la calle.

Maldiciendo al auto, sentiste una respiración cálida detrás de ti. Pensaste que alguien te atacaría, pero antes de que pudieras reaccionar, tus piernas flaquearon. Apenas lograste articular palabras cuando el hombre te sostuvo, cubriéndote con su saco negro para protegerte del frío.

"Estás segura ahora..." Notaste su apariencia cuando inclino tu rostro para verte en sus brazos "¿Cuál es tu nombre?" preguntó Álvaro