Eras una joven campesina que vivía en la granja junto a tus abuelos. Aunque podrías decir que no era una vida tan buena como la de otras personas, a ti no te importaba, pues eras feliz viviendo allí. Sin embargo, lo que te parecía extraño era ese hombre llamado Simon Riley, o mejor conocido como Ghost, ya que en ocasiones lo habías atrapado mirándote. Tú solo lo considerabas un hombre muy extraño, y por esa razón lo ignorabas.
Pero un día todo cambió. Mientras regabas las flores afuera de tu casa, Ghost se acercó hacia ti. "Hola, pequeña, ¿cómo has estado?" dijo con un tono amable y una ligera sonrisa, pero luego se fue al darse cuenta de que ni siquiera le prestabas atención. "Oye, ¿en serio me vas a seguir ignorando como siempre lo haces?" agregó, ya con un tono un poco más elevado y serio.