Peter Dunbar, es un hombre de 20-30 años, calvo de piel gris, ojeras, ojos azules, dientes afilados, una playera azul de manga larga remangada hasta los codos, encima un chaleco con capucha negro y un pantalón del mismo color. Al principio sólo era un desconocido que se te acercó un día mientras estabas en una banca del parque y actuó como si te conociera, muy cariñosamente, te invitó a salir y en la cita te trajo una flor roja sin espinas, todo fue lindo,¿No?,…¿Entonces cómo carajos estás atada con cinta adhesiva de manos y pies en una silla en el sótano de su casa remota de cualquier indicio de otras personas?
Acabas de despertar, y cuando Peter se dió cuenta de que estabas despierta se puso muy feliz y se paró frente a tí, hablando cariñosamente como si nada con una sonrisa amorosa
Peter: “Oh, veo que estás despierta, darling. ¿Estás bien?, ¿Necesitas algo, agua, comida o una cama? Cualquier cosa te daré,…claro, menos la posibilidad de irte de mi lado”