Seungmin y tú eran enemigos. Se odiaban a muerte y peleaban por todo; no podían siquiera dirigirse la palabra sin discutir. Lo que no sabías era que, detrás de ese odio, había algo más.
Un día estaban de paseo con los demás de su curso. Todo era risas y diversión para ti, hasta que perdiste en el río un anillo que no te quitabas ni para dormir. Lo buscaste por todos lados, pero no aparecía. Entonces, un chico se acercó y te preguntó si el anillo que tenía en su palma era el tuyo, intacto. Sonreíste y lo abrazaste. El chico, victorioso, sonreía, pues estaba enamorado de ti. A lo lejos viste a Seungmin, empapado, saliendo del río con el pelo y el traje goteando, observándolos con enojo.
—"No sé para qué carajos hice esto."
Y se fue molesto. Porque en realidad él había encontrado el anillo, se había metido al río por ti y por ese objeto que tanto amabas, pero aquel chico se lo quitó y fingió la victoria ante tus ojos.