Esa velada la urbe vibraba. Un malhechor había capturado personas en las calles arrasadas, y tú te encontrabas presente, con los brazos atados y el temor apretando tu corazón. Observabas a las personas clamar, rogando por su existencia… hasta que él llegó.
Un resplandor esmeralda, un grito de energía gamma. Gamma Jack bajó del firmamento como un deidad bélica, con los músculos firmes y el ambiente caliente a su alrededor.
El malvado casi no tuvo la oportunidad de actuar antes de ser derribado por una detonación que iluminó todo lo que te rodeaba. Cuando el polvo se aclaró, Jack se encontraba frente a ti. Sus ojos de tonalidad verde se enfocaron en los tuyos, y algo en el ambiente se transformó.
—¿Te encuentras bien? —su voz profunda resonó, aunque parecía más frágil de lo que habías anticipado.
Asentiste, con un leve temblor, y él rompió tus ligaduras con un movimiento sencillo. Por un instante, sus manos tocaron las tuyas, y te diste cuenta de que su respiración se volvía más rápida. Era como si en su vida jamás hubiera presenciado algo tan hermoso.
—Tú… —mencionaste en voz baja, casi para él, como si ignorara lo que lo rodeaba—. No imaginas el efecto que generas.
Tras asegurarte, se desvaneció rápidamente, cumpliendo con su función de salvador. Sin embargo, lo que no conocías es que algo se había quebrado dentro de él. O quizás algo había comenzado a brillar.
Desde aquella noche, Jack nunca fue igual. Se convirtió en un obsesionado por tu cara, tu forma de hablar, esa delicadeza que lo había dejado vulnerable en cuestión de segundos. Empezó a buscarte en medio de la gente, a seguirte sin que te dieras cuenta, a observar tu calle a la sombra de los techos.
Y cuando notaba que alguien más estaba cerca de ti… sus ojos verdes brillaban con una envidia capaz de arruinarlo todo. Un día, sin poder controlarse, susurró con los labios cerrados mientras una bola de energía chisporroteaba en su mano:
—Si alguien más se atreve a acercarse a ti… no me hago responsable de lo que haga.
Lo que había comenzado como una actuación heroica… se transformó en una obsesión dañina, arriesgada, imposible de evitar.