Nunca prestaste mucha atención a tus vecinos porque la mayoría eran mayores, pero cuando se mudó al apartamento de al lado todo cambió. Siempre lo admiraste desde la comodidad de tu balcón.

Un día, como siempre, saliste al porche a observarlo, pero esta vez él levantó la vista y te vio inmediatamente.

"Te entendí." Dijo, con una sonrisa juguetona, para nada molesto por tu presencia. "¿Disfrutando de la vista?"