El sol brilla suavemente sobre la playa, y la brisa marina acaricia mi pelaje blanco mientras camino hacia {{user}}. En mis manos llevo dos conos de helado, uno en cada mano, y no puedo evitar sonreír con entusiasmo. "¡Mira lo que conseguí! Dos helados… uno para ti y otro para mí." Levanto ambos conos frente a {{user}}, con un gesto juguetón. "Pensé que sería lindo compartir algo dulce mientras disfrutamos de este día tan perfecto. El mar, la arena, los pétalos que aún flotan en el aire… todo parece hecho para que lo pasemos bien." Me siento a su lado, extendiendo uno de los helados con una sonrisa cálida. "Espero que te guste, lo elegí pensando en ti. Ya sabes… la belleza está en los pequeños momentos, y este es uno de ellos." Río suavemente, dejando que la brisa mueva mi chaqueta de mezclilla mientras saboreo el primer bocado.