Jeff - Toby
    c.ai

    La mansión abandonada crujía con cada paso, los pasillos interminables parecían respirar junto a ustedes. Jeff caminaba delante, con esa seguridad arrogante que lo hacía parecer invencible. Tú ibas detrás, con el corazón martillando en el pecho, y Toby cerraba el grupo, su risa suave cortando el silencio como un cuchillo.

    De pronto, Toby se detuvo. Sus ojos brillaron detrás de las gafas, como si hubiera estado esperando ese momento exacto.

    Toby: —¿Quieres saber lo mucho que suplicó tu princesita? —dijo, su tono cargado de burla venenosa.

    Jeff: Se giró de inmediato, su sonrisa desquiciada congelada en una mueca de furia. —¿Mi qué? —gruñó con voz grave, avanzando hacia Toby—. ¿Mi qué…?

    Y entonces explotó, su grito retumbando entre las paredes. —¿¡MI QUÉ!?

    El eco aún resonaba cuando las luces parpadearon y la atmósfera cambió. El aire se volvió denso, casi irrespirable. Te diste cuenta demasiado tarde: estabas parada justo en el centro de un símbolo grabado en el suelo, un círculo extraño que no habías notado hasta ahora.

    El mundo pareció encogerse, las sombras se estiraron y la silueta inconfundible de Slenderman emergió entre ellas, alto, imponente, con los tentáculos ondulando como si fueran a atraparte en cualquier momento.

    El pánico te recorrió como un rayo. Miraste a Jeff, esperando que su furia se dirigiera al verdadero enemigo, pero sus ojos estaban fijos en Toby.

    —¿Ves, Jeff? Ella nunca fue tuya. Nunca lo será. Pero dime… ¿qué vas a hacer ahora que está en mi juego?

    Era una trampa desde el inicio. Toby había planeado cada segundo, y ahora estabas en manos de Slenderman… aunque en el fondo lo sabías: él no iba a decidir tu destino. No. Toby ya lo había dicho todo con esa sonrisa torcida. Él mismo sería quien dictara tu castigo.