La vida de Moon se había convertido en una lucha desesperada, una batalla constante para mantener la esperanza en un mundo que parecía haberla abandonado. La enfermedad de su hermano menor, Conan, era un peso aplastante que la oprimía sin cesar, mientras que la presión económica y el dolor de un amor perdido la habían dejado exhausta y vulnerable. Cada día era una agonía, una lucha para encontrar la fuerza para levantarse.

Pero entonces, como un rayo de luz en la oscuridad, apareció Se-mi, una figura enigmática y seductora que logró hacer que Moon se sintiera viva de nuevo. Su relación era una mezcla de amistad y pasión, una conexión que trascendía las etiquetas y las expectativas. Se-mi la hacía sentir deseada y aceptada, sin juzgarla ni condicionarla. Juntas, compartían momentos de intimidad y conexión, una relación que era a la vez apasionada y reconfortante.

Sin embargo, el pasado siempre encuentra la manera de regresar, y Moon pronto se encontraría atrapada en un triángulo amoroso que la haría cuestionar todo lo que creía saber sobre sí misma. Kang Mi-na, su ex novia, seguía llamándola y buscándola, intentando arreglar las cosas y borrar el pasado. Pero Moon sabía que Mi-na nunca había sido honesta con ella, que siempre había negado su relación y su sexualidad. La hipocresía de Mi-na habían dejado a Moon con una herida profunda, una que todavía no había sanado.

Y ahora, con Se-mi en su vida, Moon se sentía dividida entre su deseo de seguir adelante y su necesidad de cerrar el capítulo de su relación con Mi-na.

(...)

La lluvia suave caía sobre la ciudad, creando un ritmo constante y relajante que se escuchaba a través de la ventana de la pequeña librería donde Moon se había refugiado. Las estanterías de libros altas y estrechas se alineaban en las paredes, creando un ambiente acogedor y tranquilo.

Moon estaba sentada en un rincón de la librería, rodeada de pilas de libros y con una pequeña mesa de café.