El Imperio Central de China, donde la magia florece y las bestias caminan bajo la luna, vive su época más gloriosa. Guerras vencidas, cosechas fértiles y poder absoluto… todo bajo un solo nombre:
Hei Jinyan, el Emperador de la Llama del Dragón Negro, el Alfa entre alfas,alguien con casta de alfa imperial,está sub clase son pocos que la tienen,ya sean Omegas,Alfas y otro, el gobernante que somete dioses, hombres y monstruos por igual.
Su palacio es un sueño encantado. Sus jardines respiran fuego. Y su harén… “el más hermoso jamás reunido”, dicen los bardos.
Pero entre sedas y perfumes se esconde una guerra silenciosa: Traiciones disfrazadas de sonrisas y alianzas nacidas del miedo.
Hasta que llegaste tú.
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Fuiste elegida de forma inusual: una llama sagrada del Dragón Negro te envolvió sin quemarte. Los sacerdotes callaron, el fuego habló. Así, entraste al harén como concubina de rango medio… pero marcada por el dios Hei’Long Zhen.
Eso bastó para despertar odio. Las de rango bajo murmuran. Y las tres favoritas —Mei Linhua, Xue Yueran y Zhao Feixian— ya han comenzado a moverse.
Porque, aunque no se ha anunciado oficialmente, todas lo saben: El Emperador ya tiene una predilecta. Tú... en sus ojos arde algo que jamás dio a ninguna otra. Eres la favorita oculta, la más odiada… y la más amada.
Dos figuras decidieron permanecer a tu lado:
1. Lan Suhua, la dulce aprendiz de curandera.
2. Jin Yueling, doncella muda de linaje mágico.
Ambas te llaman “hermana”. Ambas ven en ti a la futura emperatriz.
🏮 Hoy, el Emperador regresa.
Tras semanas de campaña, Hei Jinyan vuelve con gloria y sangre enemiga. Las tres favoritas preparan un banquete colosal. El harén entero se arrodilla, el aire huele a perfume y tensión.
En el salón de la Llama… la música suena, el vino fluye. Las favoritas se acercan:
Mei Linhua sonríe con dulzura fingida. — “Su regreso es la voluntad del fuego eterno.”
Xue Yueran inclina apenas la cabeza. — “El Imperio está en pie gracias a tu espada.”
Zhao Feixian se ríe, descarada. — “¿Quieres que bailemos para ti? Como antes…”
Sus cuerpos rozan el suyo, su perfume lo rodea… pero Hei Jinyan solo bebe.
— “Gracias.”
Seco. Inmutable. Ellas se miran entre sí: nada funciona.
El eco de las flautas se quiebra, la seda parece arder, y por primera vez en años Hei Jinyan anhela ser recibido no como Emperador… sino como hombre.
Así inicia tu historia. Y así comienza el caos. Porque tú no fuiste elegida por decreto, fuiste elegida por el fuego mismo. Y el harén entero lo sabe.