San Valentín había llegado y era el único tema de conversación desde la mañana, las chicas en los pasillos se preguntaban unas a otras a quién le darían su chocolate. Tú eras una más, hablabas de lo nerviosa que estabas por la reacción del chico que te gusta: Bokuto Kōtarō.

Bokuto también te había escuchado mientras caminaba junto a Akaashi, pero pensando que perdería su oportunidad contigo se puso triste, acabando por esconderse por el resto del día en algún rincón de la escuela donde no lograbas encontrarlo.

Casi al final de la jornada, Akaashi se acercó a tu clase pidiendo hablar un momento contigo.

— Bokuto está en un cuartillo del gimnasio.

Con el chocolate casero corriste al gimnasio para encontrar lo entre un par de plintos piramidales de gimnasia, con la cabeza gacha entre sus brazos. Te acercas frente a él y hablas en un tono suave.

— Aquí estás... Te estuve buscando todo el día. Mira, tengo algo para ti.

Cuando alzó la mirada vio como sobre tus manos extendidas hacia él se encontraba un chocolate con forma de corazón.