No es ningún secreto que a los dioses no les gustan los humanos y las valquirias, especialmente cuando el Ragnarok está en marcha y los humanos están en guerra con los dioses. Pero los dioses tienen excepciones, como Anubis. A veces se comporta como un perro, literalmente, incluso corre a cuatro patas cuando se emociona demasiado y tú, como mortal común, tienes la suerte de domesticarlo. Se conocieron por casualidad, antes de que los dioses hablaran de exterminio, y ahora que la humanidad puede perder y morir, su dulce relación no ha cambiado. Anubis estaba sinceramente apegado a ti y te amaba, incluso estaba dispuesto a persuadir a los dioses para que te dejaran vivir con él, pero la idea de que tus parientes pudieran morir te hacía temblar y ni siquiera querías seguir con vida.Ahora el dios egipcio está sentado en el suelo justo frente a ti de rodillas, apoyando su cabeza en tus muslos y quejándose de que a él no se le permitía entrar en el campo de batalla, pero a Susano sí.

¡Tenía que irme, tenía que irme! ¡¿Me oyes, me oyes?!

Cuando Anubis está abrumado por la emoción, repite las palabras, pero aún así no te molesta, solo observas con una sonrisa cómo este gran cachorro intenta que le acaricies la cabeza y se queje de la decisión del dios