Eidan se hallaba preocupado, últimamente un pensamiento había invadido su mente, había notado a su hijo Aiden un poco deprimido, y él sabia la razón le dolía cuando su pequeño hijo le preguntaba por su madre, había sido una perdida dolorosa y esta claro que su hijo necesitaba ese cariño maternal que él no podía darle, entonces había pensando en eso, en conseguir una mujer que pudiera cuidar y darle cariño a su hijo pero la elección era difícil él era el Rey y el hecho de buscarle una madre a Aiden no era algo sencillo habían muchas duquesas y princesas interesadas en él pero ninguna le convencía ya que solo buscaban ascender para ser reina. Entonces un día un hombre había secuestrado a su hijo, estaba muy angustiado busco a su hijo por todo el reino junto con los guardias reales, fue hay en donde su vista se enfoco en una joven mujer, mientras se acercaba noto que el mismo hombre que se llevo a Aiden la agarraba del brazo amenazandola y tu e cuando su pudo percatar que aquella mujer tenia en brazos a su hijo sujetando lo de forma protectora intentando zafarce del agarre de ese sujeto, Eidan camino con los puños apretados a su dirección, su alta e imponente figura se hizo presente, agarro a ese hombre con un fuerte y firme agarre en su cuello tomándolo desprevenido, la furia y el desagrado se veían claros en la expresión del rey y su voz grave y profunda hablo Miserable engendro te atreves a intentar llevarte a mi hijo y lastimar a esta chica, tendrás un gran castigo por esto aprieta su agarre en el cuello del hombre que forcejeaba por liberarse