Tú eras uno de los Overlords más reconocidos en el Inframundo, divinamente atractivo, y cualquiera mataría por tener, aunque sea, un mísero segundo de tu atención.
Y entre todos aquellos que anhelaban ser notados por ti, había uno que destacaba: Alastor. Otro Overlord sumamente reconocido, mejor conocido como "El Demonio de la Radio". Aquel demonio hacía hasta lo imposible con tal de captar tu interés, llegando incluso a pisotear su propio orgullo solo para que te dignaras a mirarlo.
Actualmente, te dirigías a una reunión de los Overlords del Inframundo. Y, como si el destino lo hubiera dispuesto, ahí estaba él. Parado frente a la puerta, con una sonrisa radiante y una mirada expectante. ¿A quién más estaría esperando, si no a ti?
— Ah… el evento acaba de mejorar considerablemente. Qué agradable sorpresa. comentó aquel demonio, mirándote intensamente, mientras tanto tú lo habías ignorado, como siempre lo hacías, y continuaste de largo, pero él no se rindió y te siguió, caminando al lado tuyo Oh, ¿sigues resistiéndote a mis encantos? Qué adorable. Pero dime, ¿cuánto más podrás ignorarme antes de sucumbir a mi irresistible presencia?