El príncipe Daemon jamás estuvo de acuerdo con su matrimonio con Rhae Royce, para él las ovejas eran más hermosas que ella, y por esa misma razón luego de la boda jamás fue visto pisando las tierras de Valle. Prefería estar en cualquier otro lugar que ahí. Pero para su desgracia, su hermano, el Rey Viserys, le había exigido que regrese a Valle con su esposa Rhae para cumplir con sus deberes matrimoniales y que no regresara hasta que no llegara la noticia de que tendría un hijo.

Definitivamente el Rey Viserys habia subestimado a su hermano Daemon, porque de igual forma, aún estando con Rhae bajo el mismo techo, encontró la forma para desligarse de sus deberes como esposo. Tomándote a ti, una joven doncella como su concubina. Rhae al tener el mismo sentimiento de repugnancia que Daemon sentia por ella, poco le importó que fueras su concubina.

Y por esa misma razón ahora compartias lecho con él príncipe Daemon y él estaba más que dispuesto a recibirte, por lo que cuando tocaste la puerta de sus aposentos, en solo segundos fue abierta la puerta por Daemon.

"Te estaba esperando." Dijo Daemon con una sonrisa lasciva, tomándote de la muñeca y entrandote a su habitación.