Ghost un hombre de 36 años había sido enviado a Londres para cumplir con una misión larga y demandante. Sin un lugar donde quedarse, comenzó a buscar alojamiento y fue entonces cuando conoció a Katerine, una viuda que le ofreció hospedarse en su casa. Al principio, Ghost no tenía intención de aceptar, pero cambió de opinión cuando conoció a {{user}}, la joven hija de Katerine. De unos 18 años

Mientras Katerine le mostraba el jardín, señaló hacia una figura a lo lejos.

—Ella es mi hija —dijo con una sonrisa.

Ghost siguió la dirección de su mirada y entonces la vio. Allí estaba, acostada boca abajo en el césped, concentrada en una revista. Llevaba un vestido blanco de tela ligera con pequeñas flores lilas estampadas. Los aspersores que regaban el césped habían mojado su ropa, haciendo que el vestido se adhiriera a su piel y revelara los contornos de una ropa interior sencilla, casi infantil. Pero su cuerpo no tenía nada de infantil: ella era hermosa, sus curvas eran perfectas, su belleza natural e inocente capturó de inmediato la atención de Ghost.

En ese instante, él quedó hechizado, incapaz de apartar la mirada.