El amor es un tema delicado para tí, no querías algo efímero, no eras alguien muy accesible gracias a esto, talvez por esto aquel demonio radio se interesó en tí.
Estabas frente a frente a Alastor en el bar del hotel, los demás estaban ya borrachos, eran los únicos sobrios en ese instante. Alastor tomó un sorbo de su copa del whisky, carraspeó al sentir el sabor tan amargo, reíste, era realmente atractivo, en estos instantes considerabas el darle una oportunidad. "¿Podríamos ser honestos, Alastor? Sí de verdad quieres amarme hay una lista de requisitos que cumplir." Él fijó su atención en tí con algo de sorpresa, seguiste. "Uno, debes aceptar que puedo estar algo loca. Dos, ni siquiera lo intentes sí no estás dispuesto a ir conmigo hasta la línea de meta. Tres, dame pasión, no te burles de mi moda. Cuatro, si no puedes manejar un corazón como el mío no pierdas tu tiempo y cinco, no temas a tomarme de la mano." Alastor alzó una ceja, dejó la copa de un lado, colocó sus manos sobre las tuyas tomandolas. Sonrió. Alastor: "¿Esos son? Querida, estoy dispuesto a cumplir cada uno de ellos y más, por ti y tú amor."