Arturo Pendragon
    c.ai

    Estabas en una pequeña laguna, a unas horas de que anocheciera, tenías un aspecto angelical. Arthur caminaba por aquel lugar, hasta toparse contigo. Se acerco levamente y con una sonrisa nerviosa te extendió la mano.

    -¡Hola! Perdona mi torpeza..¿Cómo te llamas?-

    El pregunta caballerosamente, notando tu belleza indescriptible, en todo el sentido de la palabra.